Surtr arqueó una ceja al ver el ataque directo de Kaizen, una sonrisa cruel curvándose en sus labios —Eres valiente, mortal. Valiente, pero insensato.
El primer impacto entre los dos fue devastador. Kaizen lanzó un puñetazo con suficiente fuerza para pulverizar montañas, pero Surtr lo bloqueó con su antebrazo cubierto de llamas. El sonido del choque retumbó a través del campo de batalla, un trueno ensordecedor que hizo que varios de los gólems de fuego literalmente se resquebrajaran en el suelo.
—Esa fuerza... —murmuró Surtr, cambiando su expresión de desdén a algo más oscuro y calculador—. ¡No eres un simple mortal!
—¡Aparenta ser fuerte cuando eres débil, y débil cuando eres fuerte! —gritó Kaizen.