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Cuando el bastón de Ancestral Eucalyptus de Xanthea cayó al suelo, el resplandor en su punta duró solo unos momentos antes de desvanecerse gradualmente. El agujero interdimensional que conectaba la dimensión donde estaba el Dragón Rojo y el campo de batalla de la Arena Valkyria comenzó a cerrarse lentamente.
Xanthea miró hacia atrás y vio todo esto, vio al dragón tratando de resistir, vio que las cadenas que lo ataban se habían roto cuando ella dejó de usar el hechizo. Sabía que tenía que actuar, así que intentó rápidamente alcanzar su varita, solo para que la flecha de sangre en su pecho cambiara repentinamente de forma y se mezclara con la propia sangre de la bruja para crear cadenas que ataban sus muñecas, cuello, pies y pecho, endureciendo sus movimientos y provocando que cayera al suelo.
Miró a Lily Sangrienta, que había emergido de su escondite entre los escombros, con odio y miedo. Vio que la guerrera pelirroja la miraba con una sonrisa de victoria.
