El regreso de Max al Palacio de Dombivli estaba teñido de emoción. Aunque Asiva había instruido al personal del palacio y a sus amigos cercanos que mantuvieran los eventos del día en secreto, sus ojos y expresiones los traicionaban.
Cuando Max entraba, sus rostros se coloreaban con lágrimas agridulces, y aunque intentaban con fuerza no hablar de los eventos que ocurrieron, sus rostros eran un libro abierto que Max podía leer.
Solamente Sebastián saludó a Max con serenidad mientras le estrechaba la mano con firmeza y asentía para señalar que 'todo estaba bien', mientras que todos los demás parecían nerviosos y tensos.
Severus evitaba el contacto visual, Christian Grey llevaba gafas de sol en interiores, y Jathi no podía llevarse a mirar a los ojos de Max, optando en cambio por admirar los techos del palacio.