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Max estaba bebiendo un poco de sangre mientras estaba sentado en su oficina leyendo documentos importantes de desarrollo cuando sintió una ráfaga de viento pasar sobre su hombro y golpear un punto junto a sus pies, entrando en las profundidades de la sombra creada por su cuerpo.
Max se alertó al mirar por toda la habitación para encontrar a nadie mientras saltaba a sus pies y desenvainaba su recién obtenida espada de Goldmans solo para estar seguro.
—Zippo, ¿estás bien, amigo? —preguntó Max, esperando que su silencioso guardaespaldas le diera algún tipo de respuesta, pero lo que no esperaba era que lentamente su sombra se expandiera y se aclarara a medida que un Zippo inconsciente emergiera en la superficie.
—Tienes un dragón negro protegiéndote, qué interesante —dijo una voz masculina profunda desde detrás de la espalda de Max.
