(Punto de vista de Rudra)
Aproximadamente tres cuartas partes del día de Rudra se consumían en contemplaciones sobre idear nuevas y geniales estrategias para enfrentarse al guerrero perfecto.
Inmerso en cálculos, Rudra analizaba meticulosamente varias secuencias de maniobras de combate, con el objetivo de anticipar la respuesta perfecta a cualquier ataque dado.
Intentaba pensar realmente que si él atacaba a alguien, ¿sería la mejor opción bloquear? ¿Esquivar o destruir el arma misma y dependiendo de esa respuesta, intentaba calcular cómo podría contraatacar la respuesta perfecta de su oponente para crear una apertura para sí mismo.
El guerrero perfecto siempre tendría la respuesta correcta para cualquier desafío dado.
No solo buscaría neutralizar la amenaza de Rudra, sino que también buscaría preparar su siguiente movimiento, lo que mejorararía aún más su ventaja.