Durante los próximos días, Enel y Junfred ayudaron a Rudra a entrenar en el uso del Karma.
Rudra aprendía rápido y, después de unos días de explicaciones y algunas demostraciones, rápidamente asimiló los conceptos básicos del uso del Karma y comprendió su premisa.
Era un tipo de fuerza completamente diferente, que encarnaba una calidad completamente distinta de la esencia divina y era al menos diez mil veces más fuerte que su contraparte.
Para aprender a usarla, Rudra tenía que conectar con su sólido núcleo del alma y utilizar la fuerza del núcleo para refinar su valor kármico en esencia kármica.
Era un proceso tedioso y extenuante que hacía que Rudra, incluso en su forma de cuerpo no físico, se sintiera extremadamente cálido dentro de su pecho, como si la parte superior de su torso estuviera en llamas y pudiera derretirse en cualquier segundo.