Todo tenía que ser perfecto en este banquete de máscaras para Beniogre.
Era la primera vez que organizaba un evento de este tipo, y figuras influyentes de todo el universo asistían al evento.
Para hacer el evento más divertido, se diseñó como un baile de máscaras en el que estas se crearon de tal manera que uno no podría discernir las características faciales de los demás.
Lo único que podrían discernir claramente el uno del otro sería la forma de sus cuerpos, la gracia y elegancia al caminar y el sonido de la voz.
Era un gran evento con amplias posibilidades para coquetear sin ser descubierto, y había mucha expectación al respecto en los círculos nobiliarios unos días antes del evento.
El día del evento, no se presentaba quién entraba en la sala, ni qué designación tenían, ya que se dejaba enteramente a la discreción de los asistentes si deseaban revelar o no sus verdaderas identidades o hacerse pasar por otra persona.