—¡Mamá! ¡¿Cómo pudiste?! —Nanaya estaba furiosa. Nunca pensó que la primera vez que posara sus ojos en un hombre, su madre actuaría de esa manera. No le importaba si Blake era débil. Él era amable y hasta estaba dispuesto a intentar salvarla cuando no tenía la fuerza para hacerlo.
—¡Nanaya, no lo diré de nuevo, no te casarás con tal debilucho que ni siquiera puede protegerte! ¡Tú lo viste, casi muere intentando proteger a esos dos mocosos! —Ishtar resopló sentada en su trono.
—Je… Esto viene de una mujer que fracasó en casarse con un debilucho ella misma. ¿Cómo se llamaba? Cierto, Gilgamesh, el rey héroe. ¡Él te llamó prostituta y te dijo que te largaras! —Nanaya gritó de vuelta. Estaba tan enojada que estaba tocando el único punto débil de su madre.