—El Antiguo Tamal no podía discutir estas palabras. Un buen gobernante no permitiría que su gente sufriera. Un buen gobernante escucharía las palabras de su gente. Se preguntaba, ¿cuándo olvidó su raza tales cualidades? Su raza nunca había tratado a los suyos como lo hacen ahora. Por alguna razón, la idea de la guerra se apoderó de ellos, y ahora toda su raza estaba militarizada. Desde el día en que nacían, estaban destinados a convertirse en soldados para morir por su clan.
—Veo... Puedo entender de dónde vienes —El Antiguo Tamal realmente no tenía forma de convencer a Clance para formar una tregua.
—No sé qué está tramando ese padre mío, pero puedo decir esto. No importa cuánto crezcan en fuerza, no pueden derrotar esta ciudad. Esta ciudad crecerá en fuerza más rápido de lo que ninguno de ustedes puede imaginar. Pero recuerden, también somos un lugar pacífico. No atacamos a aquellos que no nos atacan. Ofrecemos protección a todos.
