Poco después, cuatro súcubos estaban postrados en el suelo mientras las dos chicas bajo su influencia finalmente fueron liberadas de la magia de amor del súcubo. Pero lo que más les preocupaba no era lo que hicieron, sino porque… —¡El Señor nos vio haciendo cosas sucias!
Lillia se paró frente a las cuatro chicas, todas con cabello morado y pequeñas alas de murciélago en sus espaldas. Su delgada y larga cola negra con una forma de corazón en el extremo se rizaba detrás de ellas. Venían de todos los tamaños, desde pechos grandes hasta pequeños, pero Blake podía ver que, sin importar qué, todas eran bellas. Sin embargo, Lillia, que recién se había calmado, todavía estaba enojada por haber sido llamada fea. —Entonces dime, ¿por qué llaman a mi ESPOSO amo?