—¡An! ¡Dos capítulos más por venir! No olvides votar/comentar.
El sol matutino se colaba por la ventana cuando Grace despertó. Miró alrededor y vio a una joven de pie a su lado, sosteniendo un vaso de agua. —Su Gracia, humedezca su garganta antes de hablar.
—Mmm... —Esta era una nueva rutina a la que tenía que acostumbrarse. Por alguna razón, ahora tenía dos chicas sirvientas. Una esperaba dentro de su habitación y montaba guardia, mientras que la otra se sentaba afuera. Cada una llevaba un rifle de asalto en la espalda y una pistola en la cadera, vestidas con atuendo militar. Ambas eran ex marinas y acababan de salir del entrenamiento cuando todo sucedió. Incluso habían luchado contra algunos de los dragones, por lo que no carecían de experiencia. En cuanto a cómo sobrevivieron, fue todo porque aprendieron a matar a cualquiera que se atreviera a intentar algo. Ahora servían a Grace lealmente sin una palabra de queja.