—¿Está muerto? —Erica llamó. Blake asintió y soltó un suspiro de alivio. Ya no sentía que nadie lo observaba, lo que le permitía sentirse un poco más tranquilo. Caminó hacia la barrera bajo la cual estaban las chicas, la deshizo y se deslizó entre las dos—. Despiértenme en una hora...
Erica y Sam se miraron y sonrieron mientras se acurrucaban junto a él y le acariciaban suavemente la espalda. Ambas sabían que había estado cansado durante algún tiempo. Quizás no lo mostraba, pero estaba claro para ellas que necesitaba algo de sueño, aunque fuera un poco. Cuando escucharon los sonidos de su respiración tranquila al quedarse dormido, las chicas se miraron y, con ojos comprensivos, asintieron. Le dejarían dormir hasta la mañana. Ellas tomarían el turno de guardia de esta noche.