Nellie, que todavía estaba sobre la espalda de la Princesa Noa, rió entre dientes cuando vio a su princesa desconcertarse. Era la primera vez que la veía actuar de esa manera.
—Princesa, ¿puedes bajarme, por favor?
—Ah sí... —La Princesa Noa bajó a Nellie, pero no dejó de mirar fijamente a Blake.
—Entonces, ¿qué hace una princesa elfa por aquí? ¿No deberías dirigirte al sur con el resto de tu gente? —Blake preguntó mientras encontraba un bloque de cemento para sentarse y se secaba la frente. Acababa de correr por su vida, así que ya estaba caliente y sudado.
—¿Sur? ¿Cómo sabes que se dirigían al sur? —La Princesa Noa de repente se puso a la defensiva.
Al ver esto, Blake rió mientras decía: