—¡Ahhhhhhhhhhhh! —Bret dejó escapar un grito que taladró los oídos cuando el dolor empezó a abrumar su cuerpo—. Santa madre de Jesús. Mierda. Joder. ¡Al diablo con todo!
—¿Alguien más encuentra esto bastante divertido? —preguntó Joey entre risas ante el tormento de su amigo.
—Joey, cállate de una vez —Mike le lanzó a Joey una mirada seria, haciendo que Joey levantara la mano y formara con la boca:
— Está bien. Está bien.
Joey luego miró a las dos chicas que estaban observando el espectáculo y asintió con la cabeza en señal de agradecimiento—. Entonces... ¿Cómo se conocieron todos ustedes?
—¿Puedes no hablarme? Tu aliento huele mal —fue la primera en hablar Lillia, dándole a Joey una mirada de asco—. Y tú apesta.