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Tardó un tiempo para que las personas a su alrededor superaran su incredulidad. La mayoría de ellos se habían sentido sin esperanzas frente al examen final. No solo porque las babosas saltarinas eran de una categoría mucho más alta que las del Examen de Entrada ya que el estudiante promedio era mucho más capaz que el aplicante promedio, sino que las trampas en combinación eran demasiado abrumadoras para superar con velocidad y poder, o incluso con técnica. Era una prueba que solo aquellos en la cima del Reino del Aprendiz Marcial podrían superar, o aquellos con suficiente análisis y juicio para deducir la única estrategia posible que podía ayudarles a superar la prueba.
La prueba de inteligencia táctica fue la prueba final en la etapa de evaluación de desempeño. Con ella, el Examen de Evaluación había terminado. Lo que sorprendió a Rui fue lo rápido que llegaron los resultados y cómo fueron asignados sus dormitorios. Los estudiantes de primer año todos recibieron una llave y direcciones a sus habitaciones.
—¿Número de habitación 256, eh? Y tengo un compañero de cuarto. —Esto no fue sorpresa ya que estaba cubierto por el folleto de información. Miró el nombre.
—Cara Mullion. —Le sorprendió que la Academia pusiera a estudiantes masculinos y femeninos juntos en la misma habitación. ¿No temían poner a un montón de adolescentes con hormonas alborotadas en la misma habitación que el sexo opuesto?
—No, si algo tan simple los distrae, probablemente no habrían pasado la primera etapa. Y si lo hace, ¿entonces qué posibilidades tienen de convertirse en un Escudero Marcial? —Incluso sospechaba que la Academia usaba esto para evaluar la ética de trabajo y la motivación de los estudiantes.
Una vez que llegó a su habitación, inmediatamente dejó su bolsa y se zambulló en una cama. La habitación era bastante espaciosa. Su lujosidad y extravagancia fueron reducidas intencionadamente de manera significativa. La Academia Marcial no era unas vacaciones en el paraíso. Las habitaciones estaban diseñadas modestamente para evitar que los estudiantes desarrollaran la mentalidad equivocada.
Aún así, las habitaciones eran lo suficientemente amplias para un estándar de vida decente. Cada habitación estaba dividida en dos secciones por una pared conectada por una amplia apertura, cada lado tenía una cama bastante grande, una mesa con dos sillas, un estante, un armario con cajones y suficientes ventanas para una circulación de aire saludable y luz solar. La decoración, una vez más, era escasa.
Justo cuando examinó la habitación. Una chica con cabello castaño corto entró, dejando una maleta a su lado mientras hacía contacto visual con Rui.
—Debes ser Cara. —Rui sonrió calidamente, intentando empezar con buen pie con su compañera de cuarto. —Soy Rui Quarrier, un placer conocerte.
Ella lo miró, asintiendo secamente antes de seguir con lo suyo.
—...No es de muchas palabras por lo que veo. —Tomó nota, antes de ocuparse de sus asuntos, si ella no quería construir una relación, a él le estaba bien. Acomodó sus pertenencias en la habitación antes de dirigirse al baño para darse un baño y refrescarse. Las Pociones podían restaurar la stamina, pero no eliminaban el sudor y el polvo.
Más tarde ese día, decidió encontrarse con Kane para explorar la Academia, no le molestó ir sin guía, había memorizado el diseño general y estaba seguro de que Kane recordaba cada detalle. Era mucho mejor sin un extraño interrumpiendo.
—Creo que era justo al doblar la esquina aquí... —mientras asomaba en un corredor, buscando el Dormitorio de Aprendiz. Cuando de repente;
—¿Qué CHINGADOS dijiste?
Rui se giró hacia el origen del alboroto.
Vio a un chico alto y corpulento sujetando, para su sorpresa, a Nel por el cuello. El chico estaba a punto de lanzar un puñetazo a Nel cuando una presencia pesada de repente puso presión sobre ellos.
—Agredir con violencia está en contra de las reglas —un hombre aún más grande atrapó el puñetazo con dos dedos.
«Un Escudero Marcial» —los ojos de Rui brillaron. Esta presencia no era tan pesada como la del Señor Tarrokov, pero el Escudero expresó un frío desprecio por el chico. Era más angustiante que la de Señor Tarrokov, quien limitaba su impacto en los estudiantes para no afectar su rendimiento.
—¡Él insultó a mi madre! —el chico se quejó a pesar de su miedo.
—La expresión no está regulada por las reglas. Puedes decir cualquier cosa el uno al otro, sin embargo, no puedes escalar los conflictos a violencia —insistió el Escudero, poniendo aún más presión sobre el desafortunado chico.
Nel, por otro lado, despreciaba la presión ya que toda su cara se transformó en una mueca provocativa y despectiva hacia el chico, enfureciéndolo aún más.
«Jesús, esa expresión es tan desagradable, no es de extrañar que ese chico no pudiera resistir las ganas de golpearlo» —reflexionó Rui, riendo para sus adentros. Nel era exagerado pero Rui encontraba sus payasadas increíblemente divertidas.
«Es incluso más provocador que Fae. Dios, espero que esos dos no se encuentren. Ese es un caos que este mundo no está listo para soportar».
Podía decir que Nel había provocado a propósito a ese chico. A juzgar por lo que dijo el chico, era probable que Nel dijera algo increíblemente vulgar sobre su madre, provocándolo a agarrarlo por el cuello e iniciar un ataque para que el Escudero Marcial que estaba de patrulla interviniera y lo reprendiera.
«Así que no es solo un idiota. Claramente sabe lo que está haciendo y es bueno en ello. Eso da miedo» —Rui negó con la cabeza sin esperanza, resolviéndose a mantenerse alejado del chico, yéndose a buscar el Dormitorio de Aprendiz.
—¿Quieres pelea? —preguntó Nel después de que el Escudero se había ido, lanzando una amplia sonrisa al chico furioso—. Entonces retame oficialmente si tienes los cojones. Podemos resolver si tu vaca de madre debería haberte abortado o no —hizo una exagerada mueca.
Rui se detuvo al escuchar, girándose para mirar la escena.
La Academia Marcial penalizaba la violencia, pero tenía un sistema en el que los estudiantes podían desafiarse entre ellos y pelear en un entorno más controlado. La Academia Marcial no era estúpida. Reunir estudiantes que estaban decididos a seguir el Camino Marcial en un mismo lugar y decirles que no lucharan era poco realista. Estos niños sin duda tenían personalidades y egos fuertes, era poco saludable y poco conducente a sus intereses reprimir los conflictos físicos completamente, así que dejaron medios por los cuales se pudiera monitorear y controlar de modo que no se escalara.
—TRATO —chilló el chico, estaba tan enojado que ni siquiera podía articular nada más.
«Esto es interesante...» —Rui sonrió.