William, junto con diez soldados del Lago Dorado, se dirigía al punto de encuentro del ejército de refuerzo con la carta de recomendación de Aethelwolf.
Estaba un poco nervioso, ya que esta era su primera tarea importante. Antes solo era un sirviente ordinario y no tenía mucha experiencia en combate y guerra. Esto hacía la tarea más complicada para él, ya que necesitaba aprender la mayoría de la información relevante desde cero.
Cuando llegó, cuatro de las cinco familias nobles ya habían enviado sus ejércitos. La única que aún no había llegado era la Familia Cromwell.
—¡Alto! ¡No se permite la entrada a civiles en esta área! —un soldado que vigilaba la entrada le gritó en tono de advertencia. Los soldados cercanos miraron hacia ellos para ver la situación y todos observaron a William con interés.