Al regresar al mansión, Aethelwolf informó a todos que se dedicaría a cultivar. Tras dejar algunos mensajes a su familia, se encerró en su habitación y sacó la pastilla que había comprado en la Tienda de Píldoras Ballard.
El Agalsistar yacía dentro de una pequeña botella de cristal. La pastilla tenía forma de cápsula, parecida a los medicamentos de su vida pasada.
Aethelwolf abrió la botella de cristal y tomó la pastilla en la palma de su mano. Se sentía caliente y ya podía percibir la densa energía que contenía. —Veamos si esto funciona —murmuró.