Cuando abrieron los ojos, se encontraron en medio de un bosque. Había árboles imponentes que perforaban las nubes y plantas mágicas que liberaban densa esencia mundial.
—La esencia mundial aquí es realmente diez veces más densa que en el Continente Regalis —murmuró Aethelwolf en shock tras percibir la densidad de la energía en los alrededores.
Tras recuperarse del impacto, giró su cabeza hacia Samira y los demás. Ellos lucían visiblemente atónitos y su expresión era aún más exagerada.
—¿De verdad estamos en otro continente? —preguntó Samira incrédula.
—Así debería ser. La energía aquí es al menos diez veces más densa que en el Continente Regalis —murmuró Julie.
—¿Están todos bien? —preguntó Aethelwolf.
—Estamos bien —Samira y Julie asintieron con la cabeza.
—¡Papá, estoy bien! —Olivia también asintió con la cabeza.
Su pequeña hija, Shane, dormía en brazos de Samira.