Ramiel apenas podía sostener su maza agotado. Llevaba mucho tiempo luchando con Gustavo y su esencia mundial estaba casi agotada. Ya había desechado su escudo, ya que se le hacía engorroso sostener dos armas pesadas.
En ese momento, se sostenía apoyándose en su maza. Detrás de su armadura aparentemente impenetrable se encontraba su cuerpo magullado. No era grave, pero cuanto más tiempo pasaba, más disminuía su movilidad.
Gustavo vio la debilidad de Ramiel, pero él no estaba mucho mejor. Después de intentar penetrar las defensas de la otra parte, usó mucha de su esencia mundial.
De repente, escuchó un cuerno de señal desde su campamento.
—¿Una señal para retirarse? —murmuró Gustavo confundido. Estaban abrumando lentamente a los enemigos con su número, ¿entonces por qué el Gran General les ordenó retirarse?