Jorge se estaba impacientando. Aún no había recibido ninguna noticia de Lexter y hoy se suponía que discutirían su plan final. Sin embargo, Lexter no mostraba señales de llamarlo.
Cuando llegó la tarde, su Runa de Comunicación se iluminó repentinamente. Activó de inmediato la runa y una voz calmada pronto resonó. —Jorge, permíteme disculparme primero por no poder llamarte a tiempo. Podía escuchar el tono de disculpa de Lexter al otro lado y esto hizo que su enojo disminuyera.
—La razón por la que no puedo hacer la llamada antes fue que estábamos luchando con el ejército del Imperio Leone. Los bastardos prepararon algunas trampas para nosotros y muchos de nuestros soldados fueron asesinados, así que tienes que tener cuidado allá afuera. Tal vez ya hayan descubierto tus rastros también —Lexter lo advirtió en un tono solemne.