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Tan pronto como llegaron a la mansión, Aethelwolf le dijo a Jacinto que le preparara un té de hierbas. Las hojas de té que tenían eran algo dejado por el antiguo dueño de la mansión y eran de alta calidad. Podrían ser de alguna utilidad para su recuperación.
Olivia miraba la ancha espalda de Aethelwolf con un atisbo de preocupación.
Aethelwolf fue a su habitación y meditó. Intentó absorber algo de esencia mundial y descubrió que su poder de absorción había disminuido significativamente. Se levantó y suspiró. —He subestimado las consecuencias de usar [Impartición de Habilidad]. No debo usarlo a la ligera en el futuro. —murmuró para sí mismo mientras agarraba una silla y se sentaba con una mirada cansada.
¡Toc! ¡Toc! ¡Toc!
—Señor Aethelwolf, su té de hierbas está listo. —se pudo escuchar la voz de Jacinto fuera de la habitación.