Después de cantar la segunda canción, Leric guardó la guitarra en su espacio de almacenamiento. Había atraído a demasiadas personas en su clínica y podría ser demasiado caótico si continuaba cantando.
—Muchas gracias por permitirme cantar, a todos. Espero que encuentren algo que necesiten en nuestra clínica —sonrió mientras volvía al tercer piso para revisar a su paciente.
Si no se iba de inmediato, podrían insistirle para que cantara más canciones.
Cuando llegó a la habitación de su paciente, llamó a la puerta. —Soy yo.
—¡Por favor, entre, Señor! ¡Nuestro amigo acaba de despertar! —una voz emocionada se escuchó dentro de la habitación.
—Disculpe —Leric entró en la habitación y vio que el paciente ya estaba despierto. El enorme hueco en su hombro había desaparecido y solo quedaba una cicatriz.