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Río frunció el ceño y miró alrededor de la habitación para encontrar al dueño de la piedra corazón.
La habitación desprendía una atmósfera siniestra ya que estaba llena de oscuridad y solo algunas velas estaban colocadas en las paredes decoradas con polvo y sangre.
Se movió con cuidado hacia la estatua mientras canalizaba su mana en su cuerpo y encantaba sus ojos, manos y piernas.
Un pequeño montón de polvo vibró en el suelo cerca de la estatua, lo cual no escapó de los ojos encantados de Río.
—Ah... este espíritu Emperador puede usar [Sigilo]. Necesito atraerlo y atacar primero para obtener la ventaja.
Sabía de esta habilidad por los vídeos de juegos que había visto en la televisión, pero nunca imaginó que [Sigilo] existiera en la realidad.
Aplastó sus pies y se lanzó hacia la estatua esperando engañar al enemigo haciéndole pensar que iba por la piedra corazón.
El montón de polvo voló de nuevo en la superficie del suelo y se movió para interceptar a Río en su camino.