—Cuando la misteriosa chica se volvió para enfrentarlos, Rio se sorprendió por su belleza sobrenatural. Su rostro recordaba a una noche serena bañada por la luz de la luna, emitiendo un resplandor etéreo que era a la vez encantador y mesmerizante.
A pesar de su impresionante apariencia, Rio no pudo evitar notar el destello de odio y tristeza ocultos dentro de sus cautivadores ojos azules mientras miraban al dúo. Ella vestía un vestido blanco que parecía amplificar su presencia, su sonrisa confiada irradiaba un aura de poder. Rio sensed que ella era mucho más fuerte que él, a pesar de que recientemente había superado a Lia en fuerza.
Lo que aún más sorprendió a Rio fue la vista del Emperador Dylan, atado como un plebeyo a una silla. Al oír la voz de la chica, Dylan abrió los ojos y miró a Lia y a Rio. Sin embargo, era evidente que le faltaba el coraje para mantener el contacto visual, como si se avergonzara de algo.