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Podía ver que Lily se preparaba para desatar otra técnica de arte de batalla, pero algo en su interior sentía peligro de esta nueva habilidad.
Una premonición ominosa lo asaltó, mucho más fuerte que la que había sentido por la hidra helada, instándolo a detenerla a toda costa. Sin tiempo que perder, se lanzó hacia ella a una velocidad increíble.
Sin embargo, a medida que Rio acortaba la distancia, de repente se encontró incapaz de avanzar más. Era como si una barrera invisible se hubiera formado entre ellos, impidiéndole alcanzar a Lily y frustrar su inminente ataque. La fuerza parecía hacerse más fuerte, empujándolo hacia atrás y llenándolo de temor mientras la tormenta alrededor de Lily seguía intensificándose.
La voz de Eve resonó en su mente: "Compañero, no puedes tocarla mientras ella está lanzando su técnica de arte de batalla. Deberías usar este tiempo para preparar tu propio ataque mientras el de ella todavía está en las primeras etapas de formación".