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Al entrar al estudio del Emperador, vio al anciano sentado detrás de su escritorio, con un rostro inescrutable.
Hizo una reverencia respetuosamente, esperando que el Emperador hablara primero.
—Rio, te he convocado aquí por un asunto de suma importancia —dijo el Emperador con voz solemne.
Su corazón dio un vuelco, y pudo sentir un sentido de temor asentándose sobre él solo por el tono de la voz del Emperador Dylan.
—¿De qué se trata, Su Majestad? —preguntó Rio, con voz serena.
El Emperador habló con una voz seria y temerosa —Tenemos un grave problema. Mientras estuviste fuera, Nyla y Helia encontraron un mapa del tesoro que supuestamente conduce a un lugar donde podrían encontrarse con el alma de alguien que ha fallecido.
Rio escuchó atentamente mientras el Emperador continuaba —Aunque ambas regresaron al castillo sin ir al lugar, recibí una carta de Helia hace unas horas. Ella ha ido a la Isla del Alma Muerta para encontrarse con el espíritu de su hermano.