Río estaba parado frente a la magnífica armadura resplandeciente, podía sentir el inmenso poder que emitía su mera presencia.
La voz continuó desde el objeto flotante con un tono profundo y seductor de mujer —No alargaré esto más y seré directa. Conozco la verdad que buscas, puedo ofrecerte conocimiento sobre tus padres así como sobre Layla, y hacerte el ser más poderoso en esta tierra de Asura. Todo lo que tienes que hacer es dejar a ese Monarca Elfo y jurar lealtad hacia mí.
Río entrecerró los ojos, escuchando las palabras de la bestia —¿Qué tengo que hacer? —preguntó, su voz era serena.
—Simplemente jura tu lealtad hacia mí aceptando mis demandas, deja a Eve y te revelaré todos los secretos que deseas. Juntos, gobernaremos este mundo —La voz femenina le hacía una oferta tentadora.
Río dio un paso atrás, sus ojos fijos en la armadura flotante frente a él. No podía creer la locura del monarca bestia, pensando que él cambiaría su libertad por la verdad.