Mientras el general retirado entregaba los trofeos y recompensas, los flashes de las cámaras se disparaban, y los ganadores avanzaban para recibir sus premios, disfrutando de la admiración de sus compañeros.
La ceremonia continuó, y cada vez más la gente empezaba a emocionarse con Rio Havenglow, el niño adoptado que había roto récords y creado historia.
Pero en medio de todos los vítores y aplausos, comenzaron a circular noticias sobre un cierto joven y sus logros extraordinarios.
El niño adoptado de Havenglow rompiendo el récord de su hija preferida tomó al mundo humano como un fuego en el bosque.
En cuestión de horas, internet estaba zumbando con comentarios, artículos y publicaciones en redes sociales sobre Rio y su compañera de equipo Nyla, quienes habían asombrado al mundo humano con su actuación en el torneo escolar militar nacional.
Desde páginas de fans hasta medios de comunicación, todos hablaban del notable dúo, y las personas estaban cautivadas por sus historias.
