El sol brillaba en el cielo, y un grupo de cuatro jóvenes guerreros se abría paso por el sinuoso camino de montaña.
Los ojos de Lucas estaban llenos de emoción por la caza con sus nuevos compañeros de equipo.
Nyla echaba un vistazo a su amor platónico de vez en cuando, lo cual Rio podía notar fácilmente debido a sus [Ojos del Cielo].
El aire era tenue y fresco a esta altura, y los árboles verdes eran escasos en el camino montañoso, dando paso a acantilados rocosos.
—¿Qué bestia vive en esta región? —preguntó Lucas a la belleza de cabello rosa que marchaba delante del equipo.
—Zorro víbora sombra —dijo Sofía con una gentil sonrisa—. Y le respondió.
—¿Y qué alma de bestia nos daría? —preguntó mientras caminaba detrás de ella.