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Unos días pasaron de esa manera mientras Rio practicaba continuamente sus recién aprendidas artes de técnica de batalla y entrenaba con Helia para entender sus profundos principios.
En un buen día, dos figuras, envueltas en luz azul, con truenos parpadeando alrededor de su cuerpo, se perseguían mutuamente en la arena de batalla.
El aire a su alrededor crepitaba con relámpagos. Ambos estaban usando [Encantamiento del Trueno] que los impulsaba a tener reflejos rápidos como el rayo y movían su cuerpo con una velocidad increíble.
El dúo chocaba entre sí en un borrón de movimiento rápido, sus espadas de alma de bestia irradiando a través del aire mientras paraban los ataques de su oponente y se contrarrestaban mutuamente.
Si hubiera espectadores, les habría resultado difícil ver su acción a simple vista, ya que Rio y Helia eran demasiado rápidos, sus espadas chocando juntas en un borrón de relámpagos.
