—Cinco recompensas —levantando los cinco dedos de una de sus manos, Vaughn miró al joven con una sonrisa confiada—. Recibirás un total de cinco recompensas de mi parte, todas las cuales te ayudarán enormemente en tu travesía después de dejar esta herencia.
Al oír esas palabras salir de la boca del hombre, Valyr miró al hombre con emoción, expectante de las recompensas que un Gran Dios posiblemente le daría.
Sin embargo, justo cuando el hombre estaba a punto de empezar a dar las recompensas al joven, Vaughn miró de nuevo a la pantalla artificial que contenía toda la información que había obtenido sobre Valyr.
Mirándola un poco, el hombre empezó a fruncir el ceño, mirando de un lado a otro entre la pantalla y Valyr.
—En segundo pensamiento… —viendo a Vaughn cambiar de opinión sobre las recompensas, el joven comenzó a preguntarse por qué el hombre había cambiado de opinión en primer lugar, seguro de que iba a reducir sus recompensas.