—Espera... ¿eh?
Al escuchar las palabras que salían de la boca de Vaughn, Valyr se quedó confundido una vez más, ya que no entendía cómo el hombre había llegado a ese punto.
—¿Pero por qué yo? —preguntó el joven buscando una aclaración—. ¿No tienes suficiente fuerza para matar a los dos Árbitros en tu estado actual?
Al oír eso, Vaughn asintió. —Es cierto. Si yo lo hiciera, ya estaría hecho.
—Entonces... ¿por qué yo?
—Porque esos dos me conocen —respondió Vaughn, volviéndose serio—. Y no me refiero a que recuerden cómo me veía al final del Gran Cataclismo.
—Cuando digo que me conocen... lo digo en un sentido de que más o menos saben todo sobre mí.
Ante esas palabras, Valyr guardó silencio por un momento, tratando de comprender la situación.
Eventualmente, el joven tuvo una idea aproximada de por qué Vaughn le estaba pidiendo que se hiciera cargo de la tarea que él había comenzado, asintiendo con una leve comprensión.
—Por todo... te refieres a...?