—¡Deberíamos detenerlo! —uno intentó incitar a los demás, pero William no le dio la oportunidad de hacerlo. No solo caminaba, sino que de repente se lanzó hacia adelante, cruzando la poca distancia entre él y esa tormenta verde en apenas unos respiros.
—¡Él... se ha ido!
—Espero que sea el primero en regresar.
—¡Yo también!
No tenían otra opción más que esperar en el límite de la zona interna y esperar a que William saliera. Como estaban dentro de las profundidades de una zona tan peligrosa, sufrieron feroces ataques de monstruos en el suelo.
En cuanto a los avispones voladores, se alejaron en el momento en que William desapareció dentro de la zona interna. Era claro que provenían del área interna y salieron justo por William.
