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William no sabía que esta posibilidad era correcta. Algo efectivamente intervino en el avance de esa marea de monstruos. Y eso era algo que nunca esperaría o imaginaría.
Era otro monstruo, uno que ansiaba elevarse al reino superior. En el momento en que apareció la marea de monstruos, este monstruo se despertó de su profundo sueño y comenzó a marchar rápidamente hacia aquí con la mayor velocidad.
Este monstruo llegó, pero no desde ninguna área adyacente a la ciudad. Originalmente estaba situado en el lado opuesto de ella, entre la ciudad y las Tierras Ardientes, a cientos de kilómetros de distancia de aquí.
Era el mismo aterrador monstruo oso con el que William se había tropezado antes. William nunca esperaba eso y no lo sabría hasta mucho tiempo después.
