—No perdamos el aliento en cosas tan inútiles —a William no le importaba lo que ese anciano quisiera hacer—. ¿Dónde has estado?
—Te lo dije, estaba con mi abuelo —hizo una pausa, y su rostro se tornó un poco desagradable cuando se dio cuenta de lo que él quería decir—. Lo siento... Pero Lude insistió en llevarme lejos de la academia, de vuelta al clan.
—No hay problema —William hizo un gesto con la mano—. Lo más importante es que estás bien.
—¿Qué me he perdido? —Ella quería agradecerle por su evidente preocupación, pero fue detenida por su timidez. Solo sus mejillas se tornaron un poco rojizas, mientras William ignoraba esto y le explicaba lo que había pasado en la pequeña reunión de antes.
—¿Qué? ¿Conoces a Sara? ¿Y ella aceptó unirse a nosotros?!! —Cuando escuchó esta parte, su reacción no fue menos intensa que la de los demás. Sin embargo, no se quedó callada y siguió hablando de lo imposible que era encontrar a la nieta del director por cualquier discípulo.