—Por fin —y así cuando él salió, ella lo recibió con un largo suspiro—, toma este anillo. Todo está guardado dentro... ¿Ahora qué?
William ya había dado a Lina el anillo que obtuvo del abuelo de Berry para almacenar cualquier cosa que ella comprase en este viaje.
William tomó el anillo, recuperó el control sobre él y revisó su contenido antes de asentir en satisfacción. —Todo está dentro —dijo estas palabras antes de golpetear su estómago—, vamos a comer y a tomar una buena siesta de descanso primero. Luego, esta noche hablaremos sobre qué haremos con todo esto.
—Esto... —Lina se sorprendió por sus palabras. Y cuando intentó discutir con él, preguntarle qué pretendía hacer con ella y su hermana, William añadió lentamente:
—Tienen que descansar bien antes de hacer cualquier cosa. De lo contrario, los resultados esperados no aparecerán.
—O... Ok... —Lina entendió lo que él quería decir pero accedió.