Él sabía que era el héroe detrás de esta victoria, pero tenía que retroceder y permitir que otros disfrutaran del reflector de este enorme crédito.
Tal vez fuera el cerebro de todo esto, pero sin su ayuda, no habría tenido éxito.
Puso a prueba a estos jóvenes más de una vez y, finalmente, ganaron su respeto. Lo siguieron incluso cuando dio ese salto imposible, lanzándose directamente hacia la boca abierta de la muerte.
¡Y aun así siguieron avanzando y nunca retrocedieron! No le importaba si tenían preguntas y dudas. Todos eran humanos y eso era algo natural.
Le importaban más sus acciones. Cuando saltaron tras él y lo siguieron en medio del mar de monstruos, supo que podía confiar en estos niños.
En cuanto a la cuestión de nutrirlos y guiarlos en su entrenamiento en el futuro, era otro asunto aplazado para otro momento.