Geminae sintió el poderoso pulso de maná saliendo de David, pero no reaccionó.
Él vino en busca de ayuda para contener a un ser peligroso. Si el mortal pensaba que necesitaba un ejército para hacerlo, entonces dejaría que convocara dicho ejército.
El suelo retumbó violentamente mientras la sombra de David se expandía repentinamente en todas direcciones, manos saliendo del suelo. Las manos rápidamente se convirtieron en brazos y luego en torsos superiores.
Una mezcla de esqueletos, zombis, gules, así como criaturas espirituales, como fantasmas y espectros, brotaron de la tierra como en las viejas películas de zombis.
La piel de David se palidecía por segundos, tanto porque su maná se estaba agotando drásticamente como porque su apariencia de muerto viviente transpiraba un poco más mientras usaba una habilidad de su legado.
Geminae no movió un solo músculo mientras el ejército crecía monstruosamente. Simplemente se quedó de pie y esperó.
