El elevador tardó un minuto en llegar a la parte científica del complejo, donde se realizaban los ensayos, y Alex salió de él solo.
—Sabes a dónde ir, chico. Tengo que ir a informar —dijo el mercenario.
Alex asintió con la cabeza, saludando con la mano al mercenario mientras las puertas se cerraban.
Miró alrededor a las paredes blancas opacas y suspiró profundamente.
—Odio lugares como estos... Tan desinfectados, se siente muerto... —murmuró.
Caminó directamente hacia las salas de ensayos y se encontró con los doctores.
—¡Sr. Leduc! Qué placer verlo de nuevo. Ha pasado un tiempo desde su último chequeo. ¿El Sr. Boudreau finalmente lo autorizó para su próxima ronda de pruebas? —le preguntó uno de los doctores.
Alex miró al hombre con una mirada inquisitiva. Pero tenía sentido que Jack no le contara a nadie lo que realmente estaba sucediendo.
El riesgo de que la noticia se difundiera solo aumentaba a medida que más personas lo sabían.