Muy al este de esta conversación, una pareja de jugadores estaba pasándola en grande.
En las tierras fronterizas del este de Ciudad Bastión, en una parte del bosque que había perdido toda su lozanía hasta casi convertirse en una ciénaga, Astaroth y Fénix lidiaban actualmente con un puñado de treants poderosos.
No eran particularmente poderosos, y el fuego de Fénix era muy efectivo contra ellos, pero algo los diferenciaba de los monstruos regulares. Mostraban cohesión.
Aquellos que no estaban siendo atacados defendían activamente a los otros, haciendo brotar raíces y ramas en el camino de los ataques de Fénix o empujando a Astaroth hacia atrás cuando cargaba. La otra parte de su fuerza provenía de los masivos pozos de salud que tenían.
Estos treants eran de nivel sesenta y no estaban corrompidos, pero su agresividad recordaba a los monstruos corruptos.
