Rodney sintió cómo su mente se escapaba, flotando libremente en una oscuridad cómoda.
«¿Es así como se siente la muerte?», pensó.
Es mucho más tranquilo de lo que pensaba. Sin infierno. Sin cielo. Solo serenidad.
Su mente derivó hacia la escena de Fénix llorando, y Astaroth mirando enojado.
«Espero que ustedes dos no hagan nada precipitado. Esto no fue su culpa. Si no hubiera insistido en venir, la situación no habría ido de esta manera. Espero no haber comenzado una guerra...», pensó.
La comodidad de la oscura silenciosa a su alrededor le hizo sentir como si pudiera cerrar los ojos para siempre y dejar que el tiempo pasara.
Pero un calor se elevó en su pecho.
Al abrir los ojos, miró hacia abajo y pudo ver su pecho brillando en una luz blanca brillante.
«¿Qué está pasando?», se preguntó.
...en la...
«¿Eh? ¿Esa fue una voz?», pensó.
...do en la...
«Esa voz suena tan familiar...», pensó.
Su pecho pulsó con calor nuevamente, y una voz suave resonó en su oído.