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—Maldición, no pude haber previsto esto —jadeó Raydon mientras se giraba para enfrentar a sus compañeros poseedores de objetos, quienes habían sido instantáneamente asesinados por la gigantesca explosión provocada por sus abejas.
Tan pronto como Raydon activó su habilidad, las abejas que habían sido creadas por su llama negra se dispersaron en todas direcciones, justo como lo hace una colmena agitada cuando se le molesta. Sin ningún sentido de dirección o propósito, se dirigieron hacia el primer objetivo con el que se toparon, que desafortunadamente resultaron ser los propios compañeros de Raydon. En segundos, cuatro de las abejas colisionaron con sus desprevenidos compañeros y estallaron en una devastadora explosión, quitándoles la vida de un solo y mortal golpe.
—Supongo que esta es la razón por la cual esta habilidad no cuenta como una habilidad tipo comando —suspiró él mientras decía.
