—Hola, ahí.
—No sé si alguien llegará a tener este archivo en sus manos, pero primero que todo, lamento que esto no sea una grabación de video ya que cada ítem y la tecnología que creamos durante la historia de nuestra civilización están destruidos en este punto, y quiero que soporten mi mala letra.
—Así que esto es un diario, ¿eh? —Después de leer la primera frase que lo saludaba, Raydon pensó por un momento antes de continuar leyendo.
—Primero que todo, me gustaría empezar presentándome. Mi nombre es… Oh bueno, da igual, parece que desde que aquel horrendo ojo apareció en el cielo, he perdido por completo toda mi autoconciencia junto con mi sistema de portador de objetos. Sin embargo, afortunadamente, mi memoria sigue intacta, así que me pueden llamar profesor, como todos hacen.
—¿El horrendo ojo al que se refiere... podría ser el Observador? —Mientras Zephyr leía el archivo por encima del hombro de Raydon, su voz se llenó de asombro.