—Si estás segura de lo que estás diciendo, entonces, es mejor que firmemos un contrato —declaró Jack después de un momento de silencio.
Silvia miró a Jack con una pizca de vacilación en su rostro. La verdad es que ni ella misma estaba completamente segura de que su cuñada iba a aceptar darle el apoyo que estaba pidiendo.
Entonces, si firmaban un contrato, eso implicaba que, si la cuñada no cumplía con lo que había prometido, entonces, eso implicaba que Silvia iba a sufrir las consecuencias.
Al ver la vacilación en el rostro de Silvia, Jack no pudo evitar burlarse:
—¿Estás intentando decirme que viniste, queriendo llegar a un acuerdo, pero no quieres firmar un contrato?
Cuando Jack hizo esa pregunta, Silvia se irritó inmediatamente. Miró a Jack y preguntó:
—¿Qué piensas? ¿Crees que voy a confiar en los contratos de nuevo? Firmé uno hace unos 5 años atrás, y hasta ahora ese contrato no se ha cumplido. ¡Y por alguna razón, tampoco ha sido anulado!