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—Pero, como me había escapado, era inútil —dijo—. Por lo tanto, fui desechado ya que ya no era importante.
—Esta era la razón por la cual a veces me encontrabas llorando —continuó—. No quería irme porque era lo suficientemente ingenua como para pensar que quizá él cambiaría de opinión y empezaría a tratarme mejor.
—El resultado de esto es que actualmente estás leyendo el contenido del sobre porque ya no estoy allí para ti —explicó con tristeza—. Y por esa razón, sé que te he fallado.
—Y aunque tengo varias quejas en mi corazón, sin ninguna habilidad, temo que no haya nada que puedas hacerle a Dalton para devolverle lo que me hizo —admitió—. Y, aunque tu fuerza debería poder aumentar siempre y cuando uses lo que te he dejado, podría tomar incluso una década antes de que puedas competir con la familia Alfonso.
