—¿Qué piensas? ¿No has perdido aún? —Damien había quedado desconcertado cuando Jack anotó desde tan lejos. Tenía que saberse que incluso él mismo no estaba seguro de poder meter la pelota en el aro, y mucho menos tan perfectamente como lo hizo Jack. Entonces, en efecto, estaba sorprendido de que Jack lograra anotar.
—Humph, eso debe haber sido un tiro con suerte —respondió Damien mientras sus compañeros ya comenzaban a pasar y driblar la pelota. Sabiendo que no había más tiempo que perder, dejó a Jack solo y se fue a su lado para esperar la pelota.
Después de que recibió la pelota, se aseguró de enfrentarse directamente a Jack. Actualmente, iban 29-5 después de que Jack anotara. Así que, todavía iban adelante. Pero aun así, Damien no se atrevió a relajarse porque sabía que todavía era el segundo cuarto y apenas había comenzado.
Así que, iba a asegurarse de poder pasar la defensa de Jack lo más pronto posible antes de anotar.
¡Tad! ¡Tad! ¡Tad!