—¡Papá! —Con entusiasmo, Courtney se zafó del agarre de Mira y corrió hacia Abadón.
El hecho de que acababa de oírlo amenazar con arrancarle la cabeza a alguien realmente no significaba nada para ella.
Lo único que le importaba era que no había visto a su papá en casi 24 horas completas y ahora él estaba entrando al jardín con tres de sus mamás detrás.
Y Abadón, bestia asesina devoradora de estrellas que era, era un esposo y padre antes que nada.
Así que con una de sus encantadoras hijas corriendo hacia él con los brazos abiertos, naturalmente olvidó todo acerca de Gulban y la irritación que sentía.
En lugar de eso, simplemente se arrodilló con una sonrisa enorme y dejó que su hija lo abrazara.
—Aww, ahí está mi —Courtney agarró a su padre de las mejillas con sus pequeñas manos y empezó a tirar como si le fuera la vida en ello—. ¡¿Qué clase de monstruo duerme todo el día?! ¡Prometiste jugar conmigo y enseñarme a eructar el abecedario!