Abadón estaba actualmente sentado en la mesa de la cocina con Jasmine y Thea para recibir sus informes de acción.
Tatiana les trajo a las tres algo de té mientras cargaba a la pequeña Gabrielle con un brazo.
—Aquí tienen, chicas. Disfruten de esto y yo comenzaré con el desayuno —dijo Tatiana.
—Gracias, ¡Ma! ¡Suegra! —agradecieron Thea y Jasmine.
—... —Gabrielle se señaló a sí misma con su dedito.
—...Y la hermanita —agregaron con humor.
Riendo, Tati puso una taza de porcelana frente a Abadón y le dio un beso muy necesario en su mejilla tatuada —Y aquí estás tú, mi amoroso esposo.
—Gracias, querida. Entraré a ayudarte en un momento —respondió Abadón con una sonrisa.
—¿Ah sí? ¿Voy a poder verte en delantal desnudo esta vez? —bromeó Tatiana.
—Uno si lo pides bien... y te unes a mí —propuso Abadón con picardía.
—Creo que puedo hacer que eso suceda —contestó ella con un guiño.
—Creo que voy a suicidarme —comentó Thea dramáticamente.