Apofis entró al cine en casa del castillo y sorprendió el final de una escena bastante escandalosa.
Eran alrededor de las 3 A.M., y la mayoría de sus madres estaban en la cama, durmiendo.
Las únicas que no estaban eran Audrina, Seras y Erica.
Las tres estaban en el sofá apiñando a su esposo con tres visitantes muy especiales en sus regazos.
Straga, Yemaya y la siempre combativa Yemaja.
Todos ellos estaban sentados frente a la pantalla, cantando la canción de apertura de un show nocturno muy popular al que parecían haberse vuelto muy adictos.
Todos: "¡Ba-ba-ba-ba-ba-ba! ¡Ba-ba-ba-ba-ba!"
—¿Qué están haciendo ustedes? —dijo Apofis.
—¡KYAA! —exclamaron sorprendidas.
—¡Mierda! —se quejó una de ellas.
—¡Bro-bro! —exclamaron al unísono.
Gritos de sorpresa salieron de las bocas de los presentes mientras bolsas de papas y pedacitos de dulces volaban por el aire.
Straga se arrastró fuera del regazo de su madre y corrió hacia Apofis con los brazos extendidos.