Era difícil despertar al dragón cósmico porque era conocido por ser un dormilón empedernido.
—¿Mira quería jugar a la merienda? —Ella tenía que esperar una hora o arriesgarse a que su papá se durmiera en las galletas.
—¿Hora del desayuno? —Su amor por la buena comida no es nada comparado con su amor por estar acurrucado en una habitación fría debajo de una gruesa manta y entre un par de pechos.
—¿Sus esposas quieren tener sexo? —...Bueno, hay cosas por las que vale la pena despertarse.
El punto es que Abadón solo se despierta cuando está listo o cuando es absolutamente necesario.
Y una vez que su mente subconsciente escuchó a Lailah y Tatiana discutiendo lo que no era menos que un matrimonio arreglado, de inmediato abrió los ojos en un estado de desconcierto.
—Chicas... —Lailah y Tatiana se sobresaltaron mientras giraban sus cabezas hacia un lado y empezaban a silbar discretamente.